domingo, 20 de febrero de 2011

Senado condecoró al Colegio San Tarsicio de Bogotá en sus Bodas de Oro



BOGOTÁ. Febrero 11 de 2011. Con ocasión de los 50 años de la creaCIÓN del Colegio San Tarsicio de Bogotá y como reconocimiento a su aporte a la educación y al desarrollo del país, el Senado de la República, por intermnedio de los congresistas Jorge Hernando Pedraza e Iván Clavijo, le entregó a esta institución la condecoración Orden del Congreso en el grado de Comendador.
La distinción fue recibida por la educadora Cecilia Restrepo de Carrizosa, quien participó al lado de Monseñor Ernesto Solano Echeverría en la fundación del Colegio.
El Senador Jorge Hernando Pedraza intervino en el acto para destacar la tarea adelantada por el Colegio San Tarsicio y resaltar el traajo de sus forjadores.
El senador Jorge Hernando Pedraza dijo lo siguiente: "En representación del Senado de la República acudimos hoy aquí para imponer la condecoración Orden del Congreso de Colombia en el grado de Comendador al Colegio San Tarsicio como reconocimiento a su aporte al desarrollo del país y por la excelsa tarea de formar a las nuevas generaciones a lo largo de sus 50 años de vida.
La calidad de la educación que aquí se imparte ha constituido al San Tarsicio en un plantel emblemático y respetable. Los galardones nacionales logrados, los destacados resultados en las pruebas de Estado y el éxito con el cual se desempeñan sus egresados en distintos campos de la actividad, así lo corroboran.
La institución ha sido fiel a su misión de “preparar hombres de bien” y a su visión de estar “en continuo mejoramiento, conservando los principios y valores católicos y pedagógicos que la informan, alcanzando altos niveles de preparación académica, con especial énfasis en las nuevas tecnologías, el medio ambiente y el liderazgo necesario en un mundo globalizado”.
También, a cabalidad ha cumplido la finalidad de su fundador, monseñor Ernesto Solano Echeverría de brindar una educación al tenor de la encíclica “Divini Illius Magistri” de su Santidad Pio XII, en el sentido de comprender “todo el ámbito de la vida humana sensible y espiritual, intelectual y moral, doméstica y social, según los ejemplos de la doctrina de Cristo”*
Por supuesto, no pudo haber sido más afortunada la decisión de fundar el Colegio en memoria y honor de ese joven mártir que defendió con su vida el cumplimiento de una misión sagrada. Qué gran ejemplo el que tienen los jóvenes que cursan sus estudios en este plantel.
En el homenaje al Colegio San Tarsicio con motivo de sus Bodas de Oro, justo es rendir tributo de gratitud a su fundador monseñor Ernesto Solano Echeverría y a su patrocinador, su eminencia el entonces cardenal Primado de Colombia Luis Concha Córdoba, quien además de facilitar una casona en la plaza de Usaquén fue el inspirador del nombre de la institución.
Monseñor Solano dedicó los últimos 33 años de su vida a este centro de estudios. Con dedicación total ejerció la rectoría hasta 1994 año en que hizo su tránsito a la eternidad. Y lo hizo con la tranquilidad de dejar en inmejorables manos la orientación de la institución. En efecto, la señora Cecilia Restrepo de Carrizosa asumió la Rectoría luego de haber desempeñado con máxima sapiencia la Dirección General del Colegio desde la fundación, el 13 de febrero de 1961.
Qué fortuna entregarle a la artesana de la grandeza del San Tarsicio esta condecoración. Nadie más indicado para recibirla que usted, emérita maestra. El Senado de la República reconoce su vocación pedagógica, su entrega a la juventud, su voluntad de contribuir a la construcción de un país amable y su lucha por la calidad académica.
Maestra Cecilia: qué Dios le pague tanto esfuerzo, tanto sacrificio, tanta bondad, tanta generosidad de alma. Nuestra gratitud será perenne.
Qué gran acierto el de su eminencia Luis Concha Córdoba, de monseñor Ernesto Solano y de la pedagoga Cecilia Restrepo de Carrizosa, al apostarle a la educación. Indiscutiblemente esta es la base para el éxito social, económico y político de cualquier nación. La Presidenta de Finlandia, país considerado como el campeón de la competitividad internacional, líder en desarrollo tecnológico y uno de los más democráticos del mundo atribuye a la educación el éxito que allí logrado.
La educación la queremos entender como “ la interacción cultural o el proceso social mediante el cual una sociedad asimila a sus nuevos miembros incorporándolos a sus valores, reglas, pautas de comportamiento, saberes, prácticas, ritos y costumbres que la caracterizan”. Desde luego, como lo anota el tratadista Rafael Flórez Ochoa, educación no sólo significa socializar a los individuos, sino también actuar en ellos sembrando inquietudes, preguntas, espíritu crítico, de conjetura y de creatividad que les permita rescatar de sí mismos lo más valioso, sus talentos y capacidades innovadoras, su potencialidad como personas y su solidaridad.
Si bien es cierto en este Colegio se actúa en los ámbitos descritos, desde su fundación y por determinación de Monseñor Solano Echeverría aquí se privilegia la formación sobre la instrucción. Quiere decir que en el Colegio san Tarsicio se adelanta el proceso de humanización de los estudiantes a medida que se involucran en la educación y la enseñanza. La formación es la cualificación y el avance que logran las personas, sobre todo en sensibilidad, inteligencia, autonomía y solidaridad. En síntesis, como lo afirma el mismo Flórez Ochoa, formación es “lo que queda después de olvidar la información; es lo contrario a lo accidental, a lo inmediato, a lo particular y específico”.
Desde luego, el surgimiento y consolidación del Colegio San Tarsicio de Bogotá es, obviamente, el resultado del esfuerzo y brega durante 50 años de directivos, administrativos, padres de familia, maestros y estudiantes. A todos ellos gratitud por siempre.
Y cómo no destacar la formidable, efectiva y acertada labor de su actual rector, el doctor Juan Antonio Rodríguez Flórez. Sus altas calidades profesionales, su vocación educativa y su espíritu de servicio han sido fundamentos de su maravillosa gestión.
Qué orgullo para Bogotá y Colombia contar con instituciones inspiradas en nobles propósitos como el Colegio San Tarsicio.Gracias".